martes, 1 de diciembre de 2009

DICIEMBRE 2009. INICIO. La ciudad es un caótico mundo lleno de sueños, anhelos, sorpresas y sinsabores que a muchos acompaña la fe de que todo marchará bien algún día, cuando la reina de México, emperatriz de México, la morenita del Tepeyac, les haga el milagro de cambiar sus vidas, para vivir felices…

En la villa de Guadalupe, Rosa y su mejor amiga y vecina, Ana María, rezan juntas y piden favores a la virgen, pues ambas se encuentran desesperadas. Al salir del lugar se encuentran y hablan de sus problemas cotidianos pues Rosa está preocupada debido a la enfermedad de su marido, a demás de que su hijo y su nuera viven con ella y también debe mantenerlos. Ana María le aconseja a Rosa que deje de trabajar y lo abandone todo, mas las dos mujeres saben que nada de eso es fácil, pues Ana María también debe pagar deudas y trabajar por las noches en un cabaret, mientras que por las mañanas vende fayuca en un puesto, pues tiene un hijo desobligado que a veces la ayuda en el puesto, aunque presiente que a veces le roba el dinero para divertirse con mujeres. Rosa y Ana María se sienten dueñas de la misma pena: la de salir a delante ellas solas y hacerse cargo de sus hogares, aunque Rosa es de carácter débil y Ana María de carácter dicharachero.

En una lujosa mansión vive la familia Robles. Allí vive Alejandra, una mujer de carácter estricto y amargo que se encarga del bienestar de su familia, principalmente del bienestar de Alicia, su hija, quien está enferma y necesita un transplante de corazón. Alicia es muy allegada a sus padres, quienes la aman y sobreprotegen temerosos de que algo pueda suceder. Alicia está a punto de casarse con el hombre que ama, José Manuel, un importante y reconocido médico, quien le asegura que pronto conseguirá un donante de corazón que la haga vivir muchos años.

Rosa llega a casa con tandas de ropa para lavar y planchar. Se persigna ante sus muertos en su altar y comiendo un humilde pan de muerto en su humilde lavadero comienza la faena y, justo cuando más cansada se siente, escucha los gritos de Ismael, su marido, quien le grita que acuda a su llamado, pues se siente terriblemente mal. Rosa da a Ismael sus medicamentos y le pide que, para ayudarla un poco, utilice la silla de ruedas que le ha comprado con sus ahorros. Ismael se niega a usar ese aparato y le recuerda a Rosa que su obligación es ayudarlo, pues lo juró en el altar, ante la virgen, cuando prometió cuidarlo en la salud y la enfermedad.

Don Joaquín es un viejo solitario que lo ha perdido todo. Hace años fue un reconocido artista pero ha quedado en la ruina tras enviudar. Acude a la panadería de Doña Amparito, quien feliz le comparte un pan de muerto que ha salido recién del horno. Joaquín asegura que desde que enviudó pone una ofrenda a su esposa, a quien extraña y quién murió sin perdonarle el haber corrido de casa a su hija Rosa. Amparito le aconseja al anciano que busque a su hija y le pida perdón por lo ocurrido en el pasado pero Joaquín duda que alguna vez pueda encontrarla.

Ana María vende mercancía en la fayuca y Pepe, su hijo, la interrumpe, para avisarle que la policía está en camino. Entre los dos levantan el puesto y se esconden. Ana María le reprocha a su hijo el ser un desobligado, pues si él trabajara y la apoyara, no tendría que trabajar tanto. Pepe le pide a su madre que no le reproche nada o de lo contrario tendrá que irse de la casa definitivamente.

Rosa plancha la ropa que se ha secado y nuevamente es llamada a gritos por Ismael, quien le pide que le sobe donde le duele. Rosa le pide que tenga paciencia pues tiene ropa que entregar pero eso a Ismael no le importa. El desea que su mujer lo atienda. Alguien llama a la tienda de abarrotes que tienen y Rosa acude a atender. Cuando regresa a curar a su marido, éste la abofetea y le reprocha ser una mala esposa. Rosa llora amargamente y pide a la virgen que la libere de sus sufrimientos. En ese momento llegan Huicho, el hijo de Rosa e Ismael, y Tania, su esposa, con quien tiene un bebé. Los dos piden a Rosa que les de de cenar y ella asegura no tener mucho. Huicho le pide a su madre que tome mercancía de la tienda y después la reponga. Rosa asegura que si siguen tomando mercancía de la tienda entonces se quedarán sin nada. Huicho explota contra su madre y se queja con Ismael, quien exige a Rosa que haga lo que su hijo dice. Mientras Rosa va a la tienda, Huicho aprovecha para robarle dinero de sus ahorros, en complicidad con Tania. Rosa pide a la virgen que se la lleve pronto, pues no soporta más vivir como vive, pues no sabe qué hacer para lograr que su hijo y su marido la ayuden y comprendan.

Durante la noche, Pepe y Huicho se reúnen para drogarse, asegurando no soportar más a sus madres. Los muchachos planean hacer un robo en una lujosa mansión y deciden que será lo mejor que puedan hacer, pues necesitan dinero.

Don Joaquín reza ante su ofrenda, recordando a su esposa. Llora al no saber el paradero de su hija, a la cuál teme no volver a ver jamás.

Alejandra y José Manuel hablan respecto a la salud de Alicia. José Manuel está seguro de que si no encuentran un donante pronto, la muchacha morirá. Alejandra no soporta la idea. Alejandro le pide que ruegue a la virgen de Guadalupe para que la socorra pero Alejandra no cree en esas cosas, si no en la ciencia, por lo que considera que lo mejor será buscar a un donante.

Ana María canta y baila en un cabaret, donde es la estrella más aplaudida. Al terminar de hacerlo agradece a la virgen el poderle dar la oportunidad de tener dos trabajos para salir adelante. Es interrumpida por Filemón, un cliente del lugar, quien le asegura que desde hace años acude a verla y siempre lo hará pues está enamorado. Ana María le suplica que no la ame y busque a alguien que valga la pena. Filemón le hace ver a Ana María que ella vale demasiado la pena. Ambos están a punto de besarse y son sorprendidos por Pepe, quien acusa a su madre de ser una mujerzuela. Ana María se defiende y abofetea a su hijo, al que le asegura estar harta. Pepe amenaza con irse de casa y Ana María le exige que lo haga pues está harta de él. Pepe se marcha furioso y Ana María llora, suplicándole a la morenita del Tepeyac que la ayude.

Rosa da masaje a Ismael, quien no deja de recordarle que es una inútil. Rosa no dice nada. Él no deja de insultarla. Rosa le dice a su marido que el dolor del pasado le ha vuelto, y que no tiene dinero para visitar a un doctor.

Ismael le exige a Rosa que no se le ocurra enfermarse, pues si lo hace ¿quién se hará cargo de los gastos de la casa? Rosa le pide a Ismael que de algún amanera la ayude, aunque sea atendiendo la tienda, pero el hombre enfurece tanto que la corre de la habitación asegurándole que es una mala esposa, inconsciente de lo que él sufre.

Doña Amparo reza demasiado a la virgen, pidiéndole el milagro de volver a ver a la hija que hace mucho tiempo le fue arrebatada por una injusticia. Se pregunta si tendrá nietos, nietas… Se siente demasiado sola, a no ser por la repentina compañía de Don Joaquín. La mujer duerme y tempranamente acude a su panadería a hacer lo mismo de siempre: atender el mostrador. Allí habla con Ana María, quien le cuenta lo sucedido con Pepe. Amparo le aconseja a la mujer que sea estricta con su hijo. De pronto aparece Don Joaquín y Ana María lo reconoce ¡Es su padre! ¡Ambos quedan en shock! Joaquín le pide que hablen y ella se niega, pues no olvida el momento en que él la corrió de su casa. Joaquín le dice a Ana María que está muy enfermo y que desea enmendar sus errores. La mujer cree que es demasiado tarde.

Tania se mete a la habitación de Ismael, su suegro, al que consuela con caricias. Los dos son descubiertos por Rosa, quien no puede creer que su esposo y su nuera sean tan viles.

Pepe vende a algunos amigos parte de la fayuca de Ana María, a un precio demasiado bajo. Con ese dinero decide que se irá a otra ciudad, donde pueda comenzar una nueva vida. Cuando Ana María llega a casa, se asombra al ver lo que su hijo le ha hecho, por lo que llora y suplica a la virgen entender qué mal hizo para merecer un hijo así.

Alicia se siente cada vez peor. Pide a Alejandra que la lleve a la villa de Guadalupe, donde ofrece flores a la virgen, para que la salve. Alejandra no deja de despreciar a la gente pobre del recinto, pero se da cuenta de que la fe de Alicia es demasiado grande.

Rosa le cuenta a Ana María lo sucedido en su casa. Ana María, que se ha quedado sin hijo, le pide a su amiga que vaya a vivir con ella y deje a los desobligados de su hijo y marido pero Rosa cree que su familia la necesita.

Alejandra recibe en casa a Esteban, su marido, al que le dice que su hija está gravemente enferma por lo que deben llevarla al extranjero. Esteban le recuerda a la mujer que Alicia no puede volar. Alejandra asegura que los doctores mexicanos son unos ineptos y que no desea que su hija cargue el corazón de ninguna chusma. Esteban estalla ante los comentarios de su esposa y le asegura que la virgen ayudará a su hija. Alejandra le exige a su marido que saque de su mente las ideas absurdas sobre una virgen, pues ella no cree en esas tradiciones de gente pobre.

Joaquín sufre por el rechazo de su hija y Amparo le asegura que lo ayudará pero debe tener paciencia.

Pepe y Huicho asaltan la casa de Alicia. Allí la muchacha conoce accidentalmente a Pepe, por lo que los dos quedan flechados. Pepe logra huir de la policía pero no Huicho, quien es detenido de inmediato, preocupando a Rosa, quien, al anochecer, teme a que algo le haya sucedido a su hijo. Tania sabe la verdad pero decide callarla. Ismael gritonéa a Rosa para que le sirva la cena y ella, desesperada, lo hace. Él no deja de tacharla de inepta. Rosa no aguanta mas y le bota la comida asegurándole estar harta de sus maltratos y de que le vea la cara de tonta, por lo que le dice que lo abandonará.

Ismael se ríe de ella asegurándole que sin él no podrá hacer nada. Ella le asegura que se equivoca, pues sin el puede hacer mucho más de lo que hace. Ismael la toma del cabello y le asegura que si se marcha, lo lamentará. Ella insiste en que se irá por lo que él la abofetea. Ana María, que ha llegado a la casa, se mete en el pleito y defiende a su amiga, asegurándole a Ismael ser un miserable. El hombre tacha a Ana María de ser la puta de un burdel. Ella lo abofetea y le asegura que nunca más le pondrá una mano encima a Rosa, a la que le pide que se vaya con ella. Ismael amenaza a Rosa, pues si se va con Ana María, no la recibirá de vuelta jamás. Aún así Ana María se va con su amiga, harta de los maltratos de su marido. Estando a salvo en casa de su amiga, Rosa se lleva otra sorpresa cuando Ana María le dice que Huicho, su hijo, está detenido por haber robado en una casa. Rosa acude a la delegación y Ana María le presta dinero para pagar la fianza, recibiendo a cambio insultos de Huicho, a quien Ana María pone en su lugar, pues el muchacho le reprocha a Rosa el haber abandonado a Ismael. Huicho se marcha sin siquiera agradecer el favor que le han hecho. Rosa le cuenta a Ana María que Tania e Ismael son amantes.

TRES SEMANAS DESPUÉS: En el tianguis de Tepito, Ana María y Rosa venden fayuca y, al terminar, acuden a casa, donde ella preparará pasteles para vender en los alrededores de su colonia. Al llegar se encuentran con Huicho, quien le pide a su madre que regrese a la casa. Rosa se niega rotundamente y Huicho le asegura que Ismael está insoportable y que ahora abusa de Tania. Ana María se inmiscuye y asegura que es lo que Tania se merece por buscona. Huicho explota y exige que diga lo que insinúa. Ana María le pide a Rosa que le diga a su hijo la verdad. Rosa se niega y le promete a su hijo que pronto volverá.

Alicia se encuentra en el jardín de su casa con Pepe, al que besa apasionadamente. Él le jura amarla y ella le corresponde. Son descubiertos por Alejandra, quien pregunta a su hija que hace en los brazos de ese muerto de hambre. Alicia asegura amar al muchacho pero Alejandra se opone a esa relación. Las dos discuten hasta que a Alicia le falta el aire y cae al suelo.

Ana María lleva a Rosa a la panadería cerca del cabaret donde trabaja. Allí Rosa conoce a Amparo. Ambas se caen bien y se cuentan sus vidas. Rosa se sorprende cuando Amparo le dice el nombre de su marido, quien le arrebató a su hija hace muchos años. Rosa descubre que ella es la hija que Amparo buscó durante años y a la cuál a veces cree muerta, por lo que se sorprende demasiado, al punto de alarmar a Ana María.

Amparo decide callar y no decir nada, pero agradece a la virgen el haberle hecho el milagro de haber dado con el paradero de su hija, mientras que, por su parte, Rosa, en la calle, tomando un microbús, camino a casa, le cuenta a Ana María lo mucho que desearía encontrar a su madre, de la cuál la arrebataron hace mucho tiempo. Se topan con Joaquín, a quien Ana María mira con desdén. Joaquín le pide que hablen y Ana María se niega y al marcharse le cuenta a Rosa que ese hombre es su padre, el cuál la despreció y humilló hace mucho tiempo.

Alicia se siente cada vez peor. Alejandra no sabe qué hacer para que su hija viva mucho más años. Alicia le pide a Esteban, su padre, que la deje ver a Pepe, del cuál se ha enamorado. Esteban y Alejandra no aceptan que su hija esté enamorada de un ladrón, sin embargo a Esteban no le queda más remedio y decide buscar al muchacho. Alejandra se niega, asegurando que prefiere ver muerta a su hija antes que verla en amoríos con un pobre.

Ismael se siente mal y Tania decide masajearlo. Ismael la toca y ella, sonriente, le corresponde. Ambos se besan apasionadamente y hacen el amor. Ella se da cuenta de que Ismael no tiene absolutamente nada. Son descubiertos por Rosa, quien se impacta al ver la escena y sin decir nada sale de su casa, dirigiéndose a la de Ana María, a quien le cuenta lo que ha visto. Ana maría acude a casa de Rosa y allí saca a rastras a Tania, por los cabellos, abofeteándola en plena vecindad, gritando a los cuatro vientos que se ha revolcado con Ismael, siendo Rosa la que les mata el hambre a los dos con su trabajo. Ismael no puede creer lo que está escuchando y, fingiendo enfado, le exige a Rosa que entre a su casa. Huicho llega en ese momento y pregunta qué es lo que pasa. Rosa le pide a Ana María que no le diga nada a Huicho pero ante la insistencia de él, Ana María le dice que Rosa ha encontrado a Ismael teniendo sexo con Tania. Huicho parece enloquecer y del enojo abofetea a Tania y se marcha de la vecindad a pesar de que Rosa, de rodillas, le suplica que no se vaya. Huicho, desesperado, camina por la calle y es atropellado vilmente. Cuando Rosa se entera de lo sucedido, llora amargamente y culpa a Ismael de lo sucedido. Ismael asegura que la culpa es de Ana María, por meter las narices.

Joaquín sufre por el rechazo de su hija Ana María. Cree que jamás lo perdonará, sin embargo tiene fe en la virgen.

Amparo no deja de agradecer a la virgen el haber encontrado a su hija mas teme ser rechazada.

Alejandra se encuentra con José Manuel, a quien le dice que no desea que su hija se enrede con pedro. José Manuel la abraza y le dice que lo mejor es que la deje, así nadie sospechará del romance que ellos dos tienen. La mujer y el muchacho se besan y en seguida se van a la cama a consumar su pasión.

En el hospital, Rosa es aconsejada por los médicos para donar los órganos de su hijo. La mujer se niega y Ana María le hace ver que los órganos de Huicho pueden servir para darles esperanzas a otros. Rosa acude a la villa para que la virgen la ilumine y al escuchar a tantos peregrinos que cuentan sus tristes historias, decide que lo mejor será dar esperanza a otros.

Alejandra y Esteban reciben una llamada: ¡Han encontrado donante de corazón para Alicia! Los dos se ponen felices y dan la noticia a su hija, quien asegura que con la vida asegurada vivirá eternamente a la virgen, quien le ha hecho el milagro. De inmediato acuden al hospital y la operación se lleva a cabo. Rosa, necia, en complicidad con Ana María acude al lujoso hospital donde la operación es realizada y logran ver a Alejandra y Esteban, ante quienes Rosa se presenta. Alejandra la trata con la punta del pie pero Esteban la atiende y se entera de que es la madre del donante, por lo que se lo hace saber a Alejandra. Los dos le agradecen a Rosa el milagro que les ha hecho, asegurando que su hija, Alicia, es creyente de la virgen. Rosa asegura que ella y su hijo también, y que la virgen, con la muerte de su hijo, a demás de hacerle el milagro a Alicia, a ella, a Rosa, la liberó de muchas cargas con las que cargaba desde hace muchos años. Les presenta al pequeño hijo de Huicho. En ese momento entran Ana Maria y Pepe, a quien Esteban y Alejandra reconocen. Pepe trata de huir pero lo detienen. Esteban le pide que no se marche pues Alicia lo ama y desea verlo. Alejandra le dice a Ana María que Pepe intentó robar en su casa. Ana María le pega a su hijo, disculpándose después con Esteban y Alejandra. Finalmente el médico aparece, asegurando que la operación ha sido todo un éxito y que Alicia vivirá muchos años.

Juan Manuel piensa en su idilio amoroso con Alejandra. Siente demasiada pasión hacia ella y cree que debe hablar con Esteban.

Tempranamente en su panadería, Amparo reza. Es interrumpida por Ana Maria, quien le pide que le venda pan para el sepelio del hijo de su amiga Rosa. Amparo se estremece al escuchar tal noticia y asegura que no cobrará el pan, por lo que acude al sepelio, donde encuentra a Rosa desconsolada.

Ismael se ve con Tania, a la que da dinero y le pide que se vaya lejos. Tania desea entregarle a su bebe pero el hombre se niega asegurando que él no quiere hacerse responsable. Rosa los sorprende y toma a su nieto, jurando que ella se hará cargo de él. Le exige a Tania que se largue y no vuelva jamás. Al irse la muchacha, le deja claro a Ismael que ya no desea vivir con él, por lo que lo abandonará tras el entierro de su hijo. Ismael le asegura que ella no puede abandonarlo pues está enfermo y ella le recuerda que está harta y que, si quiere procurar su salud, entonces se ponga a trabajar, pues hace muchos años que no lo hace. Se va con su nieto, dejando a Ismael furioso.

En el cabaret, Ana María no deja de pensar en Rosa, su amiga. Tras cantar decide abandonar el lugar, preocupada. En el taxi piensa mucho en su hijo, al cual abraza. Ambos lloran por la muerte de Huicho.

Alicia se siente feliz por su operación. Pepe no se aparta de su lado. Ella le pide que jamás la deje sin embargo él siente vergüenza ante Alejandra y Estaban. A quienes les dice que él no pertenece a su nivel social, por lo que quizás lo mejor sea alejarse de Alicia.

En el entierro de Huicho, Rosa sufre demasiado, siendo consolada por Ana María. Rosa asegura a Amparo necesitar mucho de su madre. Amparo le confiesa que ella es su madre y que lo descubrió cuando la escuchó hablar en la panadería. Ambas se abrazan, reconciliándose después de muchos años.

José Manuel habla con Esteban acerca de sus sentimientos hacia Alejandra. Esteban, en vez de enfurecerse, se muestra calmado y confiesa a José Manuel que entre él y Paulina no hay nada desde hace mucho tiempo y que si se han mantenido juntos ha sido solo por la salud de Alicia, por lo que le deja el camino libre para que Alejandra rehaga su vida con él. Alejandra entra y Esteban le dice lo que José Manuel le ha confesado. Alejandra se muestra sorprendida y más aún cuando Esteban le dice que le dará el divorcio para que sea feliz con su amante. Alejandra reacciona y le pide a Esteban que la perdone, pero él cree que entre ellos dos no puede existir absolutamente nada.

DIAS DESPUES: En la panadería, Amparo y Rosa arreglan el altar de la virgen de Guadalupe, felices de que estén juntas, con el pequeño bebé. Ambas deciden acudir a la villa, a las mañanitas de la virgen.

Pepe llega a casa trajeado y le dice a Ana María que ha conseguido trabajo gracias a un gran hombre al que ha conocido. Ana María se sorprende al ver a ese hombre: Don Joaquín!!! Ana María se muestra renuente ante el anciano pero reacciona y lo abraza. Él le pide perdón por haberla corrido de casa hace muchos años. Deciden hacer las paces.

Alicia insiste en que quiere ir a la villa de Guadalupe a darle gracias a la virgen por haberle dado un corazón nuevo y con ello una segunda oportunidad. Alejandra se disculpa y le dice que hará un viaje demasiado largo. Y lo hace. Se va con José Manuel al extranjero, como en un aluna de miel.

Ana Maria se sorprende al regresar a casa y ver todo tal cual lo había dejado. Joaquín le pide que regrese a vivir allí, con Pepe, quien merece una vida mejor.

Rosa, Amparo, Ana Maria, Alicia, Pepe, Esteban, Joaquín; todos acuden juntos a la villa de Guadalupe, donde cantan las mañanitas a la morenita del Tepeyac, contentos por las buenas cosas que se les han presentado en sus vidas. Al salir se dan un fuerte abrazo por los milagros que la virgen de Guadalupe ha realizado en sus vidas.




Fin
















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